"Diablos Casamenteros"
Primera aproximación
LA NOCHE DE SAN JUAN
La idea de festejar una tradición catalana desconocida para muchos, llevó a la postulación y producción de distintas maneras de celebrarla. Los “Diablos Casamenteros” surgen de la creencia de ciertos rituales y agüeros a realizar en la noche de San Juan ya sea para mejorar en términos de suerte, belleza o amor, buscando reinventar una tradición con mezclas latino-colombianas con moderación.
Consistía en la interacción continua con el público turista y local, uniendo parejas en pleno auge de solsticio de verano, por medio de un baño de hierbas y colores en un arco y, collares representativos de tal unión. Se trabajó junto a los elementos característicos de la noche como el fuego bajo el color rojo, el agua con el color azul y las hierbas con el verde.
La ironía de ser diablos que casan entre música, luces y alegría giraba en torno a fomentar una tradición diferente que de alguna manera podría y queríamos fuese recordada.
Elaboración de Cuca Fera festera come basura.
Instrumentos creados a partir del reciclaje de botellas plásticas, cajas de icopor y cajas de madera. Ritmos colombianos para representar la cultura colombiana dentro de un festival español.
"La Cuca Fera de San Joan"
Trabajo grupal final
Según cuentan la Cuca Fera era un animal con cabeza de cocodrilo y cuerpo de tortuga que asustaba a los niños antes de dormir por su alimento diario de trece gatos vivos y tres niños muertos. La idea era generar interacción directa de baile y color con un dragón gigante de cabeza fija y cuerpo móvil. Este dragón debía ser manipulado por varios integrantes del PEI, para lograr tal interacción y principalmente reciclar basura que tragaría, pues el propósito ambiental detrás de todo era recolectar latas y envases plásticos que entrarían por su boca llenando el cuerpo para ser depositado en las canecas amarillas de reciclaje.
La noche más larga y esperada del año fue todo un éxito con la creación de la cuca fera come basura, las máscaras en papel, las coreografías al ritmo de la música y los ritmos colombianos logrados con instrumentos de plástico, cartón y metal –stomp- y una estructura triangular para estructurar la hoguera final.
Las estancias en las cuatro plazas del recorrido entablaron la interacción adecuada para corroborar lo propuesto en un principio, la gente bailó, cantó y fotografió desde la Plaza Real hasta la playa de la Barceloneta.
A pesar de mínimos imprevistos técnicos y la lluvia del inicio, la festividad siguió en camino con su alegría y esplendor hasta su finalización simbólica en la madrugada con globos de aire caliente desde la playa hasta el cielo catalán.